1.12.05

Desocupada sin previo aviso

Ayer fue un día muy raro. A pesar de las habituales sonrisas de mis empleadores, del supuesto “buen clima” de trabajo, y de parecer que todo estaba bien, me llamaron a la oficina para decirme simplemente: “el próximo año no vamos a seguir trabajando contigo”.
O sea, en buen castellano: ME ECHARON.
Claro que voy a trabajar hasta el 31 de diciembre, y en marzo voy a recibir la indemnización correspondiente a tres arduos años de soportar el cinismo de mi jefa y otras cositas.
Pero ayer fue raro porque la mayoría de las cosas que sentí y pensé fueron positivas, a pesar de ser el día ideal para deprimirme, hacerme la víctima, pelearme con todos, etc. No sé qué me está pasando, pero juro que no es por acción de ninguna droga (aparte del guaraná).
En fin, eso, que paso a engrosar las filas de desocupados de este lejano país. O tal vez, que llega el momento de dedicarme a proyectos más personales e independientes en el área laboral. ¿Por qué no?