Tengo un retraso de... 22 horas!

¡A que no me creen!
Resulta que ayer llegué a una biblioteca del país-no-argentino donde vivo, a devolver un libro que debería haber devuelto el día anterior. Traté de excusarme explicando que me había olvidado, no me dí cuenta, no fue intencional, etc. Pero acá no es cuestión de explicaciones. La inexorable respuesta fue:
"Usted ha incurrido en una infracción grave al retrasarse 22 horas en la devolución del libro. Ha sido suspendida del sistema de bibliotecas y debe pagar una multa de $ ... por hora de retraso".

Se las hago corta: debo $ 11 dólares por el retraso de 22 horas en la devolución de un libro que no cuesta más de 8 dólares nuevo.
Al retirarme (sin pagar, obvio), me reía internamente pensando que en Argentina la misma situación hubiera tenido una resolución mucho más simple, que sería impensable acá: con un alfajor o un atado de cigarrillos para el bibliotecario, todo hubiera quedado OK, y "acá no pasó nada". Es más, después de ese incidente yo hubiera quedado más amiga del bibliotecario, que a partir de ese momento empezaría a dejarme los libros por más tiempo del legal...

Ahora entré al sistema de bibliotecas en internet, y cuando miro mi usuario, en el estado, dice: "Delincuencia general: usuario bloqueado por deuda en Sala CEDOC". Glup!

Querer es poder, pero poder es no querer

¿Por qué será que las personas, cuando tienen alguna clase de poder, se vuelven dobles, traicionan sus ideales y están dispuestas a aplastar a cualquiera con tal de salir invictos de cualquier situación?
Recuérdenme esto si alguna vez tengo la posibilidad de aceptar alguna clase de puesto o cargo con poder. Por favor, no quiero dejar de ser buena persona!

Veo todo igual que antes

Ayer fui al oculista, después de 8 años de no hacerlo.
Al salir, satisfecha por tener al fin el remedio para mis dolores de cabeza y ardor de ojos, de repente me dí cuenta de dos cosas.
1) el tipo me dijo todas las mismas cosas que me dijeron hace 8 años. Nada cambió en mis ojos desde entonces, lo cual es bueno.
2) la solución la tenía al alcance de la mano y no necesitaba pagar para que me lo dijeran: usar los anteojos que tengo guardados... lo cual es bochornoso.

Yo me pregunto: ¿por qué uno tiene la poca dignidad de no pensar antes de exponerse a una situación de humillación segura?

Empezar a irme

Dentro de 15 días me mudo. Antes, cuando faltaba más, estaba emocionada. Ahora, que falta menos, estoy nerviosa.
En el garage tengo una pila como de 40 cajas desarmadas, para embalar miles de cosas que uno va juntando durante la vida. No me llega el instante de agarrar la primera y empezar.
¿Será que no quiero afrontar el duelo de dejar esta casa y todos sus recuerdos?

Día de la mujer

Hoy, a propósito de la fecha, estábamos leyendo con un grupo de compañeros, en la Universidad, la Declaración Universal de los Derechos de la Mujer (1998). Leyendo el punto 10, sobre la sexualidad, hablaba del derecho al placer físico, sexual y emocional.
Todo iba bien, hasta que un compañero alegó que era una redundancia decir eso, porque hablar del placer físico era lo mismo que decir placer sexual. Imagínense mujeres! Para los hombres el único placer físico conocido es el genital!!! Por lo menos para ese hombre, y para los otros 6 que estaban ahí y que se me quedaron mirando con ojos de vaca cuando salté a decirle que estaba loco.
Empecé a variar ejemplos de placer físico que no incluyen la genitalidad, y el único que me reconocieron como válido fue el del buen comer. Entonces concluí mis reflexiones con una frase lapidaria sobre las profundas diferencias en el sentir que tenemos hombres y mujeres.

Y afirmé más mi teoría de la gran necesidad de un día como hoy, para que al menos los hombres se pongan a pensar un poquitito en nosotras, a ver si notan la diferencia y nos tratan como quienes somos, seres distintos a ellos, a quienes deben tratar de comprender.

¡¡¡Feliz día a todas las mujeres!!! y... ¡¡¡Este es nuestro milenio!!!

Mi última noche de virginidad

Aún tengo fresca la mente. Aún siguen vírgenes mis pensamientos. Aún disfruto de la vaciedad cerebral que me permiten las vacaciones estudiantiles.
Mañana comienzo a cursar nuevamente, el que dicen será mi último año de carrera. Otra vez las ideas extrañas a mi mente invadirán mis puros pensamientos. Otra vez tendré que cumplir con requisitos ideológicos impuestos desde mi exterior, por los tiranos de la nota. Otra vez debo ser una estudiante que se expone, desde una reconocida ignorancia, a la iluminación docta de quienes tienen más grados que el verano porteño.
Espero no perder mi inocencia, aunque pierda mi virginidad. Después les cuento, o más bien, después lo notarán ustedes mismos, queridos amigos lectores y commentadores. Me despido desde mi yo más auténtico, aún no vulnerado en el 2005... por pocas horas!

¿Quién no disfruta?

¿Quién no disfruta del sonido que produce la brisa en las ramas de los árboles?
¿Quién no disfruta al escuchar cantar a los pajaritos?
¿Quién no disfruta en silencio el poder sentarse a mirar un paisaje espectacular?
¿Quién no disfruta con el monótono ruido de las pequeñas olas del lago que llegan a la orilla?
¿Quién no disfruta cuando los patos se sumergen de repente en busca del avistado pez, provocando el mismo sonido de una botella que se descorcha?
¿Quién no disfruta cuando el silencio natural circundante permite escuchar el masticar de las cabras al encontrar los frutos del espino?
¿Quién no disfruta cuando la paz circundante les da confianza a las truchas para saltar sobre la superficie como si fueran delfines, tratando de comer un diminuto bichito?
¿Quién no aprovecha este rico silencio cargado de vida, para serenar su mente y su corazón, hallando la paz que hace descansar?

¿¿¿Quién???

Los que llegan en sus vehículos hasta la playa, poniendo la radio a todo volumen durante horas, hablando a los gritos, trayendo las malas costumbres de la ciudad y teninedo el mal gusto de escuchar "música" sound.
Ellos no saben disfrutar de la naturaleza. Y nos dificultan bastante el disfrute a los demás.