26.2.05

Dieta de miércoles por la noche

Tengo algunas preguntas para ustedes, amigos que me leen:
¿Es muy raro empezar una dieta cuando termina el verano?
¿Seré yo la única que comienza una dieta el miércoles por la noche?
¿Será apropiado durante una dieta, almorzar tomando coca cola y comer chocolates bariloche con el café?
¿Estaré sucumbiendo en mi lucha contra "la cultura light" por haberme comprado una leche cultivada "baja en grasas"?
¿Podrían creerme que en tres días, los pantalones ya están más cómodos y bajé como 400 grs?
¿Cuánto tiempo me dan en el plan de lucha contra los kilitos de más?
¿Cuánto tardaré en bajar 5 kg?
Gracias por sus respuestas, y saludos!

24.2.05

Ojo con la tierra de hoja

Acá, donde vivo, gracias a una de esas convenciones culturales que nadie discute, la mejor tierra para poner en tu jardín o en tus macetas, es la llamada "tierra de hoja".
Gracias a que no me crié en esta cultura, a que como buena extranjera excéptica siempre me doy el beneficio de la duda (que siempre me beneficia a mí y nunca a los demás), y a que gracias al cielo, conozco la tierra de la provincia de Buenos Aires, nunca creí en la tierra de hoja y nunca en mi vida la compraría.
Hace unos cuantos meses, el dueño de la casa que alquilo trajo 3 bolsas con 20 kg de tierra de hoja c/u, "para que el jardín se vea más bonito". Lo cierto es que el jardín ya se veía bonito, las plantas gozaban de buena salud al igual que el césped, no había desniveles para rellenar con más tierra, y las bolsas de tierra de hoja quedaron amontonadas en un rincón, para que no molestaran.
Ahora que se me dio por las plantas de interior y quise armar algunas macetas, fui a buscar la famosa tierra para rellenar los nuevos receptáculos. Y si bien es más negra que la mala tierra que abunda por acá, arenosa y arcillosa, ni se compara con el humus (palabra desconocida en este país) que los argentinos estudiamos en 5º grado como la mejor tierra para las plantas.
En fin, por supuesto que antes de utilizarla me dispuse a mejorarla un poco, y entonces preparé un colador y un balde para pasarla por ahí, sacándole el exceso de cosas que no son tierra.

Después de un rato de realizar esta tarea, no pude resistirme a la tentación de describir en este post algunas de las cosas que encontré dentro de esta mal llamada "tierra":
- abundantes palitos secos, que fueron tallos de alguna pobre planta algún día
- abundantes hojas secas de miles de tipos diferentes, orgullosas de ser quienes dan nombre a esta "tierra"
- muchas piedras de todos los tamaños y colores, algunas de más de 150 grs de peso
- una punta de ají rojo (el de la mala palabra) disecado
- muchas semillas de melón
- cacas de perro, aún blandas (a pesar del tiempo que lleva ahí)
- cacas de gato, bien blanquitas y duritas
- un gusano amarillento muy asqueroso, que se quería escapar de mi colador
- vainas de semillas de algún árbol que me resulta conocido y no logro distinguir, las cuales miden unos 7 x 3 cm
- trozos de goma de caucho (deben cumplir la función de poner más negra la tierra)
- no recuerdo qué más encontré por ahí, en un solo balde que colé.

Conclusiones del experimento:
1) A pesar de que mi colador tiene agujeros de 1 cm por 2 cm que deja pasar muchas cosas, saqué como un 30 % del contenido de la supuesta tierra de hoja.
2) Me quedé un rato haciendo cuentas para lograr descifrar si la tierra ocupará un 42 o un 43 % del total de la preparación.
3) Averigüé que los palitos y hojas secas, dentro de la tierra, tardan entre 30 y 50 años en desintegrarse, logrando abonar verdaderamente la tierra. Ni hablemos de las piedras y cacas!
4) Los que inventaron y venden este producto, tienen que saber que son unos ladrones.
5) Los que lo compran, deberían reconocer que están aceptando como verdades universales muchas cosas que no conocen, y en lugar de criticar a los extranjeros excépticos que cuestionamos su validez, podrían ponerse a averiguar como yo, qué tan fértil puede ser la tierra de hoja.
6) A todos los que me leen: nunca compren tierra de hoja, mejor hagan una huerta orgánica y prodúzcanla con sus propios desechos vegetales.

Ah! y lamento decirles que los reyes magos no existen, son los papás.

23.2.05

La ciudad ha muerto

Los seres humanos estamos hechos para vivir en sociedad, no para desarrollarnos solos. Eso nos ha llevado a lo largo de la historia a reunirnos en grupos, tribus, clanes, sociedades… y como un aledaño al nacimiento de la burguesía, también creamos las ciudades. Buscábamos en ellas la seguridad y protección que brindan sus murallas, la familiaridad y cercanía con los con-ciudadanos, la identidad cultural y la agilización del intercambio económico (comercio) en pro del bienestar de la mayoría.
Si miramos hoy nuestras ciudades, marcadas por el individualismo, la delincuencia, el anonimato, la apatía, el hastío, las apariencias, la búsqueda de acaparamiento económico, el desdibujamiento cultural en una creciente pérdida de las propias raíces, y tantos otros males que contradicen totalmente los propósitos iniciales de la ciudad como institución; sólo podemos concluir que de alguna manera y desde algún momento, todo se vició y así se estropeó el plan original de las urbes modernas.
¿Cuál fue el veneno que produjo tan evidente asesinato? Se podrían ensayar mil respuestas. Yo me aventuro a proponer como culpable último, como la causa de todo esto, al individualismo.
En todo caso, lo que verdaderamente importa ahora es declarar el definitivo deceso de la ciudad, y reinventar otra forma de sociedad que en este nuevo milenio sirva para desarrollar nuestra índole social, sin traicionar los ideales primigenios.
¿Quién se anima a esbozar algunas ideas? ¡No hay tiempo que perder, es un desafío a nuestra generación!

21.2.05

¿Diferencia entre generaciones?

¿Cuál es la diferencia entre un grupo de niños tirando piedras a botellas de vidrio alineadas en la playa de un lago, y sus padres y madres haciendo lo mismo?
Los primeros son unos maleducados, los segundos los que los educan mal;
los primeros son unos irresponsables, los segundos los responsables de esa irresponsabilidad;
a los primeros uno los ve y los quiere educar, los segundos sacan de sus casillas al más calmado;
a los primeros los ví a 200 metros de distancia, a los segundos los descubrí a 30 metros, cuando me acercaba con la intención de darles una lección de urbanismo, ecología, prevención de riesgos, responsabilidad y buenas costumbres a los primeros.
Después de intercambiar algunas frases con ambas generaciones del desparejo grupo, concluí que no valían mi saliva y me retiré derrotada en mi vocación pedagógica.

20.2.05

Hoy pagaría por acostarme con vos

Esta noche daría todo lo que tengo por poder meterme en tu cama, acercarme a tu cuerpo, acurrucarme en tu calor, recibir tu abrazo y quedarme así, por horas y horas.
No es mucho lo que tengo, sin embargo el problema no es que sea mucho o poco lo que pueda dar por estar con vos. El problema es que hoy, justo hoy, no podés. No sirve todo el dinero del mundo, igual no podés y no es tu culpa.
Yo sólo quiero decirte que te necesito, y mucho. Quiero que sepas que no importa lo que pase, yo soy tuya y eso no va a cambiar.

18.2.05

Oda a las canas

Amo el cuerpo que coseché a lo largo de mi vida, porque:

  • Mis canas aclaran los años que peiné esta cabellera;
  • mis múltiples cicatrices enumeran todas las cosas que se tropezaron con mi camino;
  • las líneas en mi frente muestran que viví noches de preocupación, momentos de perplejidad y horas de angustia que me hicieron madurar;
  • las pecas de mi cuerpo indican que desde la infancia disfruté del sol y el aire libre;
  • las patas de gallo que escoltan mis ojos cuentan la infinidad de sonrisas amables, guiños cómplices, risas pícaras y carcajadas exhuberantes que compartí con quienes quise;
  • los hoyitos y marcas diminutas en mi cara, me cuentan que también yo viví la adolescencia, esa etapa en que las hormonas erupcionan en la suave piel infantil;
  • la marca de la BCG en mi brazo derecho habla de los mimos que recibí a los 6 años por tener el brazo infectado;
  • los rollos que disimulan mi cintura, explican que después de tantos años, aprendí a disfrutar de lo que como;
  • la celulitis que tiembla en mis muslos, festeja que al fin dejé de vivir corriendo para "salvar al mundo";
  • la vértebra torcida que me saluda cada día desde mi cintura, alegra el recuerdo de mi infancia inquieta y traviesa, cuando los golpes no dolían y uno nunca pensaba en las consecuencias...
...amo mi cuerpo actual, porque es la exposición itinerante de la vida que viví.

15.2.05

BUSH vs. KANT

"Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro Estado", señala Kant en su obra “La paz perpetua”. Y sigue: "La intromisión de potencias extranjeras siempre será una violación a los derechos de una nación libre que lucha con su mal interno. Inmiscuirse en sus pleitos internos sería un escándalo capaz de poner en peligro la autonomía de los demás estados".
Después de esta breve lectura kantiana, sólo puede pensarse que los siglos pasan en vano, que los filósofos pierden el tiempo o que los que gobiernan retrasan la historia por falta de lectura.

14.2.05

El País de No-Argentina

Soy una argentina viviendo en el País de No-Argentina.
En el País de No-Argentina uno percibe inmediatamente no sólo que no se está en Argentina; uno descubre que existe un País con la cualidad de ser el opuesto ontológico del nuestro.
En el País de No-Argentina se habla de Argentina como en ningún otro rincón del planeta, ya que es necesario describir permanentemente lo que por obligación moral uno nunca ha de ser.
En el País de No-Argentina se odia y aborrece a la Argentina, para poder con todas las fuerzas admirar a los argentinos.
En el País de No-Argentina todo el mundo se preocupa de cumplir las leyes y pagar los impuestos, por miedo a “que nos pase lo mismo que a los argentinos”.
En el País de No-Argentina se critica mucho a los argentinos, para saber claramente cuáles son las características de personalidad que la propia cultura no aporta al acervo personal, y que quien las quiera ostentar, las deberá cultivar en forma solitaria y clandestina.
En el País de No-Argentina se recibe muy bien a los argentinos, o al menos eso se intenta, ¡para eso se aprende diplomacia desde la cuna, para no ser tan ordinarios como los argentinos que dicen todo en la cara!
En el País de No-Argentina, quienes primero reciben el mejor puesto de trabajo son los argentinos. Así no habrá necesidad de buscar excusas en la conciencia cuando todos sientan odio por ellos, ya que la desigualdad de oportunidades en la elección da el derecho inapelable a los ciudadanos al aborrecimiento de esos seres extranjeros.
En el País de No-Argentina se consulta a los visitantes argentinos cómo resolver los problemas locales, para obtener esa mirada que por original y a-convencional, a nadie se le hubiera ocurrido. Esta es una muestra de cortesía que oculta la intención de tener a quién echarle la culpa cuando el intento no resulte satisfactorio.
En el País de No-Argentina nadie recibe bien el parecer de un argentino sobre el País, ya que se considera que el punto de comparación es desmedido.
En el País de No-Argentina, un argentino puede ser muy próspero y hasta feliz, mientras no se dé cuenta de este trasfondo en el funcionamiento social del País más diplomático del mundo, que le abrió las puertas cuando los dirigentes argentinos obligaron a miles de coterráneos a dispersarse buscando “la tierra de las vacas gordas”.
En todo caso, los argentinos nativos y por opción que elegimos radicarnos en el extranjero, también estamos usando al País de No-Argentina, para lograr brillar en medio de un entorno que sí reconoce la genialidad argentina como un don. Nosotros mismos, en nuestro propio país, nunca nos distinguiríamos del resto, porque todos somos igual de geniales, y no logramos verlo hasta que llegamos al País de No-Argentina.