Bajo agua

Después de dos años y medio sin llover en la ciudad donde vivo, hoy LLOVIÓ. Se imaginarán que después de haberme criado en la húmeda Buenos Aires, no hago caso de los alarmistas que llaman lluvia a cualquier par de gotas que vuelan bajo el cielo. Pero hoy sí. Hoy puedo decir que está lloviendo de verdad. Claro que fue justo después de mi mudanza, y ya instalada en mi casa nueva y definitiva. Así que estoy viendo qué tan bien construida está la casa, y cómo resiste. Pero lo peor no es eso, sino que al no tener aún construido el lavadero ni el garage (que llegarán cuando junte los $$ para hacerlos), en los alrededores de la casa (lo que será el jardín) hay varias cajas con cosas, e incluso un par de muebles y varias sillas, que por ser una ciudad seca no era imaginable que se estropearan. Claro que cuando llegué ya no valía la pena entrar las cosas para que mojaran la casa, porque estaban llenas de agua. Y ahora, cuanto más pasa el tiempo (y los baldazos de agua que están cayendo), más me arrepiento. Ya está. Ahora sí que sabré qué sintieron los inundados al encontrar sus cosas empapadas e inservibles. Sólo espero que esto no dure tanto como para dejarme el lavarropas muy oxidado, porque mancharía mi ropa y eso sería grave.
En fin, me alegro con los campos porque ahora sí tendrán agua para riego. Algo es algo. Gluglugluglugluglugluglgugluglglguggggggghhhhhhhhhhhhhh…………