3.7.05

Argentina campeón desde el País de No-Argentina

Este sábado tuve la alegría y tristeza a la vez, de ver por televisión la final del Mundial sub-20 entre Argentina y Nigeria. Tristeza, solamente por no tener con quién gritar los goles o a quién apretujarle la mano cuando los africanos llegaban en 2 segundos al área argentina ¡qué manera de correr los negros grandotes esos!
Bueno, alegría, por el triunfo, por poder verlo, porque justo había terminado esa semana con mis exámenes y obligaciones, y podía sentarme sin remordimientos a disfrutar del fútbol nacional, porque después de 16 días nublados había salido el sol y entraba por mi ventana, lo que hacía más placentero el momento...
Pero sobre todo, ver ese partido y ver después el noticiero del país donde vivo, me reafirmó una vez más el orgullo nacional, porque después de años de estar en este otro país, sin darme cuenta empiezo a pensar en algunas cosas como ellos, y me olvido de cómo piensa un argentino. Por lo tanto, me dí cuenta de la hazaña que significa que mi País haya ganado por quinta vez el Mundial Juvenil (superando a Brasil que tiene cuatro victorias), y comprobé una vez más lo dicho en el primer post de este blog, sobre El país de No-Argentina
Me dí cuenta de que es algo especial ser argentina, y me sentí muy pero muy bien con eso. Sé que aunque nunca más vuelva a vivir a mi país (cosa que no sé si será así), lo que es seguro es que no dejaré de ser Argentina y de tener la impronta que eso significa.
Y eso me llena de orgullo del bueno. No de soberbia ni de superioridad estúpida. Me hace sentir muy bien y agradecer el destino de haber sido creada con alma argentina, y además, de casualidad, haber nacido en Argentina.
Los argentinos valoramos poco eso, sobre todo cuando estamos en Argentina y vemos "la otra cara", todo lo que no funciona como debería. Pero no olvidemos nuestro potencial, que también es parte de la realidad.

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